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“Lo atamo’ con alambre, lo atamo”.

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Dicen los competidores que el Dakar está permanentemente poniéndote a prueba. Y bien lo puede decir José Julio Kosac, el pampeano que corre sin asistencias y todas las reparaciones de su moto las hace él mismo cuando arriba a los vivacs.

 

Sin embargo, en el inicio de la décima etapa de ayer, la que unió las ciudades de Chilecito y San Juan, Kosac tuvo que parar porque su KTM no funcionaba bien. La tuerca de la rueda trasera se salió y, aunque la buscó, no la pudo volver a encontrar. Como no tenía otra de repuesto, tuvo que ver la forma en que la reemplazaría.

 

Y tal como reza la canción de Ignacio Copani, el pampeano no tuvo otra alternativa que atarlo con alambre y un par de zunchos que llevaba entre sus repuestos. La cuestión es que, no sólo recorrió los más de 400 kilómetros de especial de esa manera, sino que llegó en el 41º puesto, en la etapa en la que muchos de los corredores coincidieron que fue la más dura de este Dakar.

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